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A.MATEU/M.AZAGRA
Ya es posible intuir cuál será el impacto visual del metro de Palma a su paso por los campos de Son Sardina y sa Garriga, tradicionalmente utilizados para el cultivo de almendros. Desde hace unos días, los obreros están instalando grandes pilares de hormigón que sostendrán un puente que pasará por encima de la carretera de Sóller.

Esta infraestructura permitirá la circulación del tren sin interrumpir el tráfico de coches, que cada vez es más numeroso por el crecimiento urbano de esta parte de Palma y del municipio de Bunyola.

El movimiento de tierras entre la estación de Campsa y los viveros de la empresa Azahar es considerable. Los pilares muestran ahora una altura superior a los cinco metros, en fila a uno y otro lado de la calzada. El viaducto tendrá una longitud total de 180 metros. Sólo así puede salvar tanto la carretera como las vías del tren de Sóller y evitar una incidencia de complicada solución alternativa.

También presenta un impacto visual notable la gran explanada que discurre en paralelo a la vía del tren de Sóller a su paso por Son Sardina, donde ya se aprecia la gran obertura soterrada que utilizarán los peatones de la estación para atravesar la carretera y salir al núcleo de Son Sardina.

La antigua parada de Son Sardina, la del tren de Sóller, formará parte del conjunto de la estación exterior del metro en esta barriada palmesana, de tal manera que ambas estaciones tendrán un acceso directo entre ellas.

El tramo entre el Camí de Passatemps y la UIB ya está todo excavado.