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La Ejecutiva del PSM, que ayer celebró su primera reunión tras el congreso del fin de semana, consideró que la nueva estrategia de pactos del partido es la correcta pese a las críticas que ha ocasionado en una buena parte de la militancia.

Biel Barceló, el secretario general de los nacionalistas, anunció que visitará todas las agrupaciones del partido. No habrá medidas sancionadoras contra nadie y, paralelamente, se iniciarán contactos con organizaciones sociales y partidos.

La unidad de los progresistas y nacionalistas sigue siendo, para la nueva dirección, lo único que pude garantizar un cambio en la política autonómica y el relevo del PP.

Pere Sampol, que no asistía a las reuniones de la dirección, sí lo hizo ayer. Está cómodo con la nueva situación.

Ayer, en una reunión previa de la ejecutiva del PSM-Palma, Pere Muñoz confirmó que renunciará al escaño de Cort (igual que la concejala Maria Costa) y, además, dimitió como secretario general del partido en Palma. Una gestora se hará cargo de las dirección hasta el próximo congreso.

La controversia en torno al PSM excede el ámbito balear. Así, donde ha caído mal, muy mal, su cambio de estrategia es en su, hasta ahora, grupo de referencia en Catalunya: Convergència i Unió (CIU).

Si ya, el pasado domingo, en la clausura del congreso, un representante de Convergència Democrática, concretamente Felipe Puig, advirtió que sus caminos podrían separarse, «según como acabara la deriva», ahora ha terciado en el asunto un eurodiputado de CiU, Ignasi Guardans.

Guardans tiene abierto un «blog» en Internet donde se ha referido a la situación del PSM. Ha escrito que «probablemente la interlocución con la dirección [del PSM] quedará muy dañada». El eurodiputado recuerda que representa a varios partidos que se presentaron juntos a las elecciones europeas de 2004. Y añade que seguirá defendiendo a Balears.