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El vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Félix Pantoja calificó de «duro» el tratamiento penal al menor en la nueva Ley, sobre todo en los regímenes de libertad. «Un chico puede estar ocho años privado de libertad, más otros cinco años en libertad vigilada entre los 17 y los 31 años. Es más de la mitad de su vida, por lo tanto no es una ley blanda», declaró ayer poco antes de participar en la mesa coloquio «Proyecto de reforma de la Ley del Menor y política criminal» celebrada en la sede del Colegio de Abogados. En el acto también participó el ex Defensor del Menor de Catalunya Jaume Funes, quien se refirió a la Ley del Menor como un texto que «nace con tanta desgracia, que en cinco años se ha modificado cinco veces».

«Debemos evaluar si (la Ley del Menor) sirve para reaccionar ante el fenómeno (de las bandas juveniles, acoso en los colegios), qué efecto ha causado y valoremos qué ha pasado, cómo se ha aplicado», señaló. Según explicó Félix Pantoja, «las leyes penales no están para arreglar los problemas sociales». «Es difícil que con la Ley del Menor vayamos a solucionar la delincuencia juvenil, el acoso en los colegios, el maltrato. Esas cosas se solucionan de otra manera», indicó.

Con respecto a la dureza de la nueva norma legal, afirmó: «El tratamiento penal de los menores no es un tratamiento blando, es duro, sobre todo con unas respuestas muy duras que pretenden dar una respuesta distinta a la que se da a los adultos». Y se preguntó: «¿En qué se diferencia esa distinción? En que para los menores tienen que valorarse sus consecuencias jurídicas, ya que no es automática sino que está en función de las circunstancias del menor».