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Desde hace unos tres meses, Carn Illa, que es la empresa que gestiona ahora el matadero de Mercapalma, utiliza un nuevo sistema para la eliminación de los restos animales que no pueden ser utilizados para su consumo. En concreto, ha llegado a un acuerdo con la empresa Comeib, por el cual esta sociedad recoge dichos restos y los reconvierte en abono natural gracias a que cuenta con un tipo especial de lombrices, que son una variante de la lombriz roja californiana, que se comen los restos provenientes del matadero.

La regidora de Sanitat i Consum, la popular Begoña Moragues, hizo ayer un primer balance positivo de los resultados de esta iniciativa. «Ahora tenemos un nuevo procedimiento, ecológico y con el que se consigue un abono de gran calidad, para dar salida a unos restos animales que hasta ahora sólo podían ser enviados a Son Reus», dijo.

Por su parte, el gerente de Comeib, Juan G. Huguet, explicó ayer el procedimiento que se sigue para reconvertir los citados restos, así como otros de poda triturada y de papel y cartón, en abono. En primer lugar, todos estos restos son depositados en silos, en donde permanecen fermentando durante 90 días. Para evitar el olor de putrefacción, se vierten en los silos unos fermentos naturales.

Pasados esos tres meses, dichos restos son comidos por las lombrices antes mencionadas, durante un periodo de seis meses. Posteriormente, hay una criba de los excrementos de dichas lombrices, que se dejan reposar durante un periodo de unos dos meses más para su maduración, pasando a ser luego abono natural, que se comercializa con posterioridad. Huguet destacó que todo este sistema está patentado.