Luis Argiles dedica sus vacaciones de verano a enseñar y ayudar a niños de Arequipa, en Perú, una de las zonas con mayor pobreza.

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El mallorquín Luis Argiles, profesor de Educación Física en el colegio Sagrado Corazón de Palma, prepara su anual viaje a Arequipa (Perú), una de las zonas más pobres donde cuida y ayuda a 420 niños abandonados o que sus familias no pueden costear su educación.

Aunque el pasado año Luis Argiles no pudo acudir durante el mes de agosto que es cuando no imparte clases en Palma, debido a que su presupuesto no se lo permitió, sí pudo gracias a algunas familias de alumnos del Sagrado Corazón y otros colaboradores, recaudar dinero para poder comprar dos termas para las casas de los más pequeños, colchones y fundas protectoras. Este año su intención es conseguir el dinero suficiente para ir y continuar la solidaria labor. Una iniciativa que comenzó a los 18 años con actividades de voluntariado relacionadas con la infancia y la juventud. Estuvo de monitor de tiempo libre en Cruz Roja Juventud durante 5 años, numerosos campamentos y colonias, formador de monitores, etc.

A través de Deporte sin Fronteras pudo conocer la asociación CIRCA en Arequipa (Perú), fundada por el padre Pozzo y que se dedica a dar acogida a la infancia y juventud arequipeña (0 a 16 años) gracias a las casas Sumac Wasi. Tras diez meses con sus alumnos en Palma, Luis acaba agotado el curso escolar, pero surge la posibilidad de aprender más, experimentar y aportar. Estar con los niños arequipeños le renueva. Allí, imparte clase a 45 alumnas, donde tres niñas comparten un pupitre, la mesa del profesor es pura carcoma, las paredes de madera y algún que otro ladrillo. Luis tenía en mente a sus 28 alumnos de Palma, su aula y su colegio. «Cuando impartía clases de Educación Física, -comenta Luis- pensaba, estoy haciendo los mismos juegos que hago a mis niños a miles de kilómetros. No me lo podía creer. Todos vestidos con su chandal y su uniforme que son sus mejores ropas, disimulaban la pobreza de sus casas». Algunos pueden merendar algo que se traen de casa, otros comen lo que la asociación de padres aporta, un vaso de leche aguada a la hora del recreo.

Julián Aguirre