El grupo de la Cinquena Illa 2006, a su llegada ayer al aeropuerto de Palma tras horas de vuelo.

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Para algunos es el viaje más esperado de sus vidas; para otros, el encuentro con familiares a los que nunca han visto, pero también hay quien vuelve a casa, a la Isla que les vio nacer.

Los setenta integrantes del primer operativo Cinquena Illa de 2006 ya están en Mallorca. Todos tienen algo en común, porque a todos ayer se les cumplió un sueño. Destino, Balears.

A las siete de la tarde llegaba al aeropuerto de Son Sant Joan el vuelo que traía a nuestras islas a los últimos participantes de los setenta totales que forman este primer operativo.

La edad no ha sido impedimento para estos visitantes. La persona de mayor edad de este primer grupo es el señor Juan Jaume Salvà, un cubano de 82 años. De obligado reconocimiento, la fuerza de Rosa Alberti Pérez, una cubana que a pesar de tener una fractura de cadera afirmaba que «no me podía morir sin venir a Mallorca a conocer la familia que un día mi padre dejó aquí».

Argentinos, cubanos, venezolanos, uruguayos y dominicanos fueron recibidos por la consellera d'Immigració, Encarnación Sánchez Pastor, quien aseguró que este operativo Cinquena Illa es una de las cosas que más le han emocionado de su trabajo «porque se trata de hacer realidad los sueños de mucha gente». Acompañándola estuvo el director general de Immigració, Juan Manuel Gómez, que dio la bienvenida a todos y aseguró que el Govern hará lo posible por cumplir sus expectativas.

Pero sin duda uno de los momentos más emotivos fue la llegada en silla de ruedas del mallorquín Antonio Ferrer Juan que, emocionado, era recibido por su hermana. Entre lágrimas y hablando un mallorquín que la distancia y el tiempo no le han hecho olvidar, reconocía que nunca olvidó a su roqueta, su isla, y que del avión bajó a pie, como siempre soñó.

Dieciséis integrantes del grupo visitarán Menorca y Eivissa. Y es que estas van a ser unas vacaciones inolvidables para los setenta, que durante diez días se reencontrarán con su particular historia.

Ana Largo
Foto: J. Morey