Los Douglas recorrieron la costa a bordo de una lancha motora. Foto: CLICK

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Los Douglas -o para que no haya problemas en cuestión de reparto: Michael y Catherine- y sus dos hijos, muy guapos y muy creciditos ya, junto con un matrimonio amigo de ellos, a quienes acompaña su hija, salieron, ¡por fin!, de esa madriguera de oro que viene a ser s'Estaca y se fueron a dar una vuelta... en lancha, a cuyos mandos se puso Michael, que domina la situación perfectamente. Como a través de la transparencia de la blusa de Zeta descubrimos los tirantes del bañador -negro, cómo no podía ser de otro modo-, que también lucían Michael, su amigo, la mujer de éste y los tres pequeños, era evidente que habían estado en una cala dándose un chapuzón, que con el calor que hacía les debió sentar como gloria bendita. A pesar de que hacía año y medio que no se les veía por estos pagos, la gente está tan familiarizada con ellos que apenas les prestaron atención cuando pusieron los pies en el pequeño puerto del norte de la Isla, donde, tras hábil maniobra de aproximación por parte del capitán Douglas, amarraron la gomonne. Suponemos que lo de no levantar expectación es algo que les agrada, pues lo que pretenden en sus estancias en Mallorca -sean cortas o largas- es estar a su bola y lo están logrando... Lo que es por nosotros -que hoy ponemos punto final a la guardia iniciada hace cuatro días-, pueden seguir disfrutando (y más por lo que respecta a mí, que comienzo vacaciones hasta el próximo 6 de julio, fecha en que ellos posiblemente se habrán ido de Mallorca).

Michael, como pueden ver, ya no luce la poblada barba que por exigencias del personaje que interpretó en su última película se vio obligado a dejarse crecer. En realidad se la rasuró días antes de recibir en la Universidad escocesa de Sant Andrew el doctorado honoris causa de las Letras, y no por ser licenciado en Letras por la Universidad de Santa Bárbara (1968), sino por su contribución al desarrollo del mundo del cine.

Por su parte, Zeta, lejos de tocares que destaquen rasgos y roperos donde guarda exclusivos vestidos que ella luce divinamente, sigue siendo una mujer bella, que en todo momento está muy pendiente de sus hijos. Igual que él. Y es que sus respectivos trabajos no les ofrecen muchas oportunidades de poder disfrutar de ellos, al menos como vemos aquí, por lo cual hay que aprovechar estos momentos.

Pedro Prieto