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En 1946, Louis Reard fue el responsable de que el mundo entero viviera una revolución tanto en la moda playera como en la libertad femenina. Este modisto francés consiguió arrinconar el tradicional bañador con un invento más fresco y sensual: el bikini. Lo bautizó con este nombre por el atolón del Pacífico donde Estados Unidos llevó a cabo las primeras pruebas nucleares, ya que su presentación fue «una bomba» en aquella época. Este año, el bikini cumple su 60 aniversario. Aunque la fecha clave del principio de esta prenda sea 1946, hay historiadores que aseguran que Reard fue su reinventor ya que las primeras imágenes de un traje de baño de dos piezas datan del año 1.600 a.C. según constatan algunas pinturas y murales de la época.

El diseñador no encontraba ninguna modelo que estuviese dispuesta a posar con este traje de baño de dos piezas. Finalmente, tuvo que ser una bailarina de un casino de París, Micheline Bernardini, la que se atrevió a presentar el primer bikini. A partir de ese momento, modelos y actrices de la época lucieron tipo con esta prenda. Antes de convertirse en estrella de cine y mito erótico, Brigitte Bardot posaba con un bikini en la playa de Saint Tropez. También es conocida la imagen de Ursula Andress saliendo del mar en una película de James Bond o la de Raquel Welch en la revista Life.

En España, en cambio, el bikini aún tardaría unos cuantos años en verse por las playas. La represión, impuesta por la Iglesia y el Estado, provocó que las primeras usuarias tuvieran que abonar multas y alguna que otra pasó por el calabozo. Hubo que esperar a 1962 cuando, gracias a la película «Bahía de Palma», permitió contemplar por primera vez esta prenda en pantalla sobre el cuerpo de la actriz Elke Sommer. Además de la trama, la película tenía un aliciente que pretendía captar el interés general y así sucedió. Sólo una toma en la que la protagonista femenina aparecía con un bikini hizo estallar el escándalo. Cuarenta y cuatro años después poco queda de esa época. Las mujeres de esos años recuerdan el cambio que supuso. Así, Maruja García Nicolau, la que fuera miss Europa, señala que su familia y amigos se «ponían las manos en la cabeza» al verla en bikini, ya que pocas mallorquinas se atrevían; en cambio era habitual ver con esta prenda a las extranjeras, «eran mucho más atrevidas».

Samantha Coquillat