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TONI LIMONGI
Maria J. Sampietro ha publicado el libro «Plantes medicinals, destiladors i llibres a les apotecaries de Mallorca (1348-1550)» (ed. El Tall), una historia de la ciencia farmacéutica en la Isla desde mediados del siglo XIV a mediados del siglo XVI.

Sampietro, catedrática de Química, se ha documentado a fondo en el Arxiu del Regne de Mallorca para realizar una reconstrucción fideligna del «modus operandi» farmacéutico en la época. «Mallorca estaba al día en medicamentos», asegura.

«He consultado los inventarios de los bienes apotecarios como Guillem Ros, Bartomeu Claret, Baptista Rullan o Gabriel Santiscle. En el libro se da cuenta de todos los medicamentos -simples y compuestos-, todo el instrumental, libros que usaban los apotecarios. Es decir, he realizado una reconstrucción de la actividad de las farmacias de la época».

El libro presenta un inventario de medicinas simples, medicinas compuestas, bibliotecas farmacéuticas, libros que eran herramientas básicas de los apotecarios y alambiques (o aparatos de destilación). Así, el lector puede conocer de la existencia de medicinas como «anarcadina», «antidotum hemagogum», «aurea alexandrina», «bacis lauri», «benedicta», «confit d'en cases», «diadragant», «diafenicon», «diamargariton», «pliris», «suc de roses», etc...

Sampietro presenta una hipótesis: «Los médicos mallorquines que se formaban generalmente fuera de las Islas (en Montpeller o en Italia), traían las principales novedades europeas al archipiélago, por lo que estaban al día de los avances fundamentales. Con los alambiques pasa casi lo mismo: en Italia se realizan unos nuevos modelos de alambiques, y enseguida ya están en las farmacias mallorquinas».

La autora dice que «algunas operaciones que llamamos químicas fueron desarrolladas en el pasado en el mundo de la alquimia. Un gran médico árabe, Rasis, que era las dos cosas, médico y alquimista, introdujo la destilación en la medicina. De ellos pasó a Europa a través de la Escuela de Salerno, junto a Nápoles, y fue practicada por los 'apotecaris'. En la Mallorca de la 'conquesta' destilaban los 'apotecaris' moros y los cristianos que llegaron, destilaban sobretodo enormes cantidades de pétalos de rosa y en pequeña cantidad algunas otras plantas». Sampietro asegura que «un libro magnífico, 'Readers and books in Majorca', escrito por el profesor J.N. Hillgarth me dio a conocer toda esta materia, que fue documentada en el Arxiu del Regne de Mallorca».