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La fiesta del Sant Crist de la Sang tuvo ayer, primer domingo de julio, su acto central con la misa solemne concelebrada que presidió el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, junto al rector de la Anunciación, Jaume Rovira, entre otros sacerdotes. La celebración fue seguida por muchos devotos que llenaron el templo.

Entre los asistentes se encontraba la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar y el vicepresidente Miquel Nadal; el conseller de Economia, Ramis de Ayreflor; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; y el comandante general de Balears, J. Emilio Roldán. Asimismo, hubo una amplia representación de las cofradías de Palma, entre ellos, el presidente de las Asociación de Cofradías de Palma, Rafael pericás, y el vicepresidente José Luis Picó, ya que el Crist de la Sang es su patrón.

Antes de la celebración de la festividad de la Sangre, como es tradicional, los fieles devotos pudieron venerar al Crist de la Sang durante el triduo que precede a la celebración y en el que se ofician varias misas y se reúnen los fieles para el rezo del Rosario.

Durante el triduo, sobreposats y prohoms, acompañados por el prior de la iglesia de la Anunciación, Jaume Rovira, procedieron a bajar la figura del Crist de la Sang de su camarín para colocarlo después sobre una peana delante del presbiterio.

El culto a la Sangre de Cristo empezó a extenderse por la cristiandad en el siglo XV. Sin embargo, en la Isla, no fue hasta el siglo XVI cuando se fundó la Cofradía de la Sang en la iglesia del Hospital General.

La devoción religiosa de la Sangre de Cristo siempre ha estado vinculada a la caridad y también, en un principio en Mallorca, ligada a la atención de las personas presas.