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NEKANE DOMBLÀS
La organización Greenpeace alertó ayer de la saturación constructora de todo el litoral balear y del irreparable daño al medio ambiente de las Islas que supondrán los 240 nuevos kilómetros de autovías o autopistas que ha puesto en marcha el Govern de Jaume Matas en esta legislatura. El «Informe sobre la situación del litoral español» incluye un capítulo específico para las Islas en el que se critica la saturación del urbanismo y turismo insular, con proyectos como el de la Marina de Magaluf (Calvià), ses Fontanelles (Palma), Son Real (Santa Margalida o Cala Blanca (Andratx).

El informe detalla los 26 «puntos negros» de la costa balear que afectan prácticamente a todos los municipios costeros de las Islas. Destacan desde un vertido de hidrocarburos en Deià a una urbanización en la Marina de Magaluf, el proyecto de hundimiento de la fragata «Baleares» o el vertido de aguas residuales en Pollença, pasando por numerosas urbanizaciones y proyectos de campos de golf o puertos deportivos.

También se censura la agresiva política de obras públicas de Matas, con varias obras viarias que supondrán la construcción de 240 kilómetros de carreteras. El informe hace una especial mención a la situación de Eivissa y recoge las enormes protestas populares que han suscitado estas infraestructuras viarias. También inciden en los intereses de Abel Matutes en algunas empresas relacionadas con las obras.

Por lo que respecta al turismo, el informe considera que continúa «la obsesión» por conseguir turistas a cualquier precios, ya sea por medio de la oferta del todo incluido como por medio de la «fiebre de los campos de golf».