TW
0

Tal y como estaba previsto -y aquí lo adelantamos-, Diana de Francia, su hija Fleur y los dos hijos de ésta, Zeno y Flamini, descansan en Flor de Lys, la casa que los Württemberg poseen en Esporles. La intención es permanecer allí por espacio de una semana, puesto que a primeros de agosto deben concentrarse todos, hijos, hijas, yernos, nueras y nietos, en Althausen (Alemania) para celebrar el 70 cumpleaños del duque Carl, cabeza de los Württemberg, que, según Diana, «está un poco cansado, pero sigue al pie del cañón». A Diana le hubiera gustado sorprender a su marido lanzándose en paracaídas y aterrizar a su lado, «pero no me han dejado», dice. «¡Pero algún día lo haré! -advierte-. Me ilusiona dar ese salto». La princesa Diana de Francia y duquesa de Württemberg, como cada vez que viene a Mallorca, nos trae noticias, dos concretamente: que su hijo Michí se ha casado hace poco y que la escritora francesa Jacqueline Malherbe acaba de escribir un libro sobre ella, «Diana, la princesa artista» -ése es su título provisional-, a través del cual la autora descubre cómo es interiormente Diana. «Soy mujer de fe muy grande -dice-. Soy también muy humana y tolerante, sin con ello decir que sea una meapilas. Soy fácil de contactar, aunque también tengo un lugar escondido que sólo cuento a mis amigos y gente que quiero». Es un libro que está ya escrito y que ahora repasa minuciosamente, «porque pronto será editado. Me encantaría que se publicara en español», añade.

A Diana le ha preocupado mucho el suceso protagonizado por Víctor Manuel de Saboya, «más que nada porque la gente puede pensar que todos somos como él, cuando no es así. De verdad que estamos desolados por ello». Aunque parezca increíble, la princesa Diana no tiene ni idea de la boda del siglo. Me refiero a la de Mari Carmen Martínez-Bordíu y José Campos, que, por cierto, llegan hoy a Palma para inaugurar la tienda de Porcelanosa. Y eso que Mari Carmen es la madre de Luis Alfonso, rival en la sucesión al imposible trono francés de su hermano, Henry d'Orleans, del que tampoco tiene muchas noticias «últimamente». Pues nada. Ni idea. ¿Y qué? Ella está en otras latitudes de la actualidad. En cosas más serias.

Diana de Francia, dos o tres horas al día, se reúne con Onofre Prohens a pintar en su casa de Son Vida. Según mis noticias, iban a presentar conjuntamente, en Palma, una exposición el próximo otoño. Él, de pintura, y ella, de escultura. «Pero por trabajo y compromisos que tengo, si se hace, será a principios de año. Mi secretario se entrevistará con Onofre para decidir cuándo se hará», explica.

Pedro Prieto