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La consellera d'Agricultura del Govern balear, Margalida Moner, justificó ayer su política al frente del departamento, negó estar enfrentada a «todo el sector» y aseguró que seguiría trabajando, «que es lo único que he hecho toda mi vida» y que no presentará su dimisión salvo que se lo pida quien la nombró, en alusión a Matas.

Moner respondía así a la petición de dimisión que le lanzó el PSOE durante el pleno extraordinario de control al Govern, que también sirivió para cuestionar la política turística y de carreteras del Ejecutivo. Durante la sesión, el PP impidió que la Cámara balear condenara el «golpe de estado» de Franco que dio origen a la Guerra Civil.

En relación a la gestión de Moner al frente de la Conselleria d'Agricultura, el diputado socialista Vicent Tur le reprochó que se hubiera enfrentado «a todo el sector». «Ha conseguido lo que casi nadie consigue», le dijo Tur: «Poner de acuerdo a todo el mundo agrícola, a todo el mundo agrícola en contra de la Conselleria».

Tur presentó un amplio catálogo de errores y actuaciones de la consellera, entre las que incluyó el haberse fotografiado con un cazador de conejos en época de veda.

El portavoz del PSM, Pere Sampol, y el de EU, Miquel Rosselló, también criticaron la actuación de Moner. Sin embargo, el primero dijo expresamente que no le pediría la renuncia. Rosselló no aludió. UM no intervino. Ninguno de los tres representantes de este partido acudió a la sesión de la tarde. El PP, lógicamente, defendió a la consellera, si bien el diputado que intervino, Gaspar Oliver, admitió que la situación del sector era compleja y que existía cierta alarma. Eso dio pie al diputado interpelante a decir «si en su partido la critican, imaginen los otros».

La consellera acudió a la Cámara con los principales cargos de su Conselleria, entre ellos el responsable del Fogaiba, el ex conseller González Ortea.

Moner en su intervención quiso «lanzar un cable» (así lo señaló) al PSM y recordó que el conseller d'Agricultura del Pacte, Mateu Morro, tuvo problemas con el conseller d'Hisenda de la época, el socialista Joan Mesquida, que no le daba el dinero que le pedía para desarrollar su política.

Miquel Rosselló (EU) le echó en cara que era una «mala parlamentaria». Moner dijo que «yo hago lo único que se hacer, que es trabajar y es cierto que hay gente con más experiencia en el Parlament porque no ha hecho otra cosa que subir al estrado».

Pere Sampol (PSM), pese al «cable», se preguntó qué estaba pasando en su conselleria ya que sin los problemas de la etapa anterior (sequías, menos dinero, tractoradas), había muchas críticas. También le echó en cara que estuviera «presa» de los aesores de una influyente asociación agraria, Asaja, la que organizaba las tractoradas contra el Pacte.