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Los datos del padrón facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta semana han causado sorpresa por inesperados. A la vista del imparable aumento de inmigración que ha sufrido Balears en los últimos años, las previsiones apuntaban a que las Islas podrían superar, por primera vez en su historia, el millón de habitantes. Sin embargo, no sólo no se han cumplido las previsiones, sino que el número de residentes extranjeros en las Islas ha descendido por primera vez en décadas.

Un análisis superficial puede llevarnos a pensar que la Comunitat ha comenzado a registrar un cambio de tendencia. Las cifras de ocupación son de las mejores de España y poca opción pueden tener quienes lleguen a las Islas en busca de trabajo. Sin embargo, la realidad social contradice en parte la estadística oficial. No parece que el flujo de inmigrantes vaya a sufrir un retroceso, como apuntan los datos del INE. El descenso hay que achacarlo más bien a la depuración de cifras que ha realizado el Instituto de Estadística para eliminar del padrón a ciudadanos que realmente no viven en las Islas. Es ahí donde cabe interpretar el descenso que apuntan los datos.

Si llamativo es el descenso de los colectivos procedentes de Sudamérica, tanto o más lo es el espectacular aumento de ciudadanos que proceden de países de la Unión Europea. El caso de los alemanes y británicos es paradigmático, con incrementos superiores al 15 por ciento en ambos casos. Alemanes e ingleses se consolidan como las dos poblaciones extranjeras de mayor peso numérico, un dato muy importante ya que todos ellos tendrán derecho a voto en las próximas elecciones municipales, hasta el punto de que en algunas zonas costeras su voto puede ser determinante.