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En los 25 años de la Copa del Rey de vela muchas han sido las imágenes, fotografías y anécdotas que han acaparado la atención social de un acontecimiento deportivo como éste. Pero la jornada de ayer fue, sin lugar a dudas, la mejor de todas ellas. La Familia Real española, la verdadera protagonista, tanto en el campo de regatas como en las terrazas y pantalanes del Real Club Náutico de Palma, desprendió ayer numerosas pruebas de sencillez y naturalidad.

Sobre las once de la mañana aparecieron los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, también lo hacían, la duquesa de Palma, Cristina de Borbón y su hermana, la duquesa de Lugo, doña Elena, ambas con sus hijos mayores, pues a la pequeña Irene, hija de Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina no la vimos. En cambio a quien sí vimos muy guapa y acaramelada con su madre, y, muy cariñosa con su primita, la infanta Leonor, fue a la pequeña Victoria Federica. Los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia fueron quienes, junto a su hija, Leonor, se llevaron todas las miradas de los que llenaban en esos momentos el Club Náutico. Fue una mañana de lo más completa, donde Juan Urdangarín y Froilán aparecieron con muestras en el rostro de haber sufrido un percance.

Juan lucía en su barbilla unos puntos de sutura tapados, al igual que su primo, Froilán, pero este en la frente. El caso es que ambos no pueden estar ni un minuto separados el uno del otro, pero tampoco mucho tiempo juntos, pues no tardan en chincharse. Pero sus heridas son fruto de coincidencia, pues al parecer Juan se lo hizo mientras navegaba con sus padres con el catamarán y Froilán por otro lado. Probablemente, sus traviesos rostros ilustrarán reportajes de las revistas de sociedad de la próxima semana.

En la terraza del Náutico, y mientras don Juan Carlos y don Felipe preparaban sus embarcaciones para hacerse al campo de regatas, la Reina, la Princesa y la duquesa de Palma, tomaban un agua fresquita y charlaban. La duquesa de Lugo fue a saludar a los tripulantes del «Siemens». Y, por su parte, Iñaki Urdangarín y Jaime de Marichalar se unieron a la «fiesta» en alta mar, a bordo de la «Somni». Por la tarde, don Jaime se acercó al Náutico.

Julián Aguirre
Fotos:P.Bota/J.Aguirre