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Tres tortugas marinas que han estado este último año en el centro de recuperación de tortugas marinas de Marineland fueron puestas en libertad en la tradicional «fiesta» que se realiza cada año en aguas de Cabrera. Hasta la pequeña playa se desplazaron una treintena de periodistas y un nutrido equipo de profesionales que durante este tiempo han cuidado de estos descendientes de reptiles terrestres.

La suelta fue realizada por las principales autoridades del Govern balear como el president, Jaume Matas; la vicepresidenta, Rosa Estarás, y la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, además del director general de la Fundació La Caixa, Francisco Conrado Villalonga, quienes han aportado una extraordinaria ayuda económica con la que continuar la ardua labor y trabajo más ambicioso. Frente a los objetivos fotográficos y cámaras de televisión tan sólo vimos rumbo a la libertad a dos de las tres, pues una de ellas estaba algo «débil» y según los responsables mejor soltarla una vez terminado el acto, en la intimidad.

Pero esta libertad será vigilada durante 400 días, debido a que en su robusto caparazón llevan incorporado un radiotransmisor que emite señales de su situación por vía satélite. La primera tortuga fue conducida desde la orilla por Cirer y Estarás. Por su parte, el president Jaume Matas y Conrado de Villalonga «soltaron» la segunda tortuga marina. Matas estuvo especialmente entregado e integrado en la causa. Como anécdotas del día podemos destacar que una tortuga, una vez en el agua realizó un giro inesperado hacia los fotógrafos y provocó la estampida de quienes tenían el agua hasta las rodillas, y un regreso un tanto movido debido a la tormenta.

Julián Aguirre