TW
0

Llorenç Santamaria y su mujer, Núria, están pasando el verano cada uno por su lado. Es decir, él cantando y ella grabando una serie que veremos próximamente en IB3. De ahí que no se vean en la medida que ellos quisieran. «Pero qué le vamos a hacer -dice Llorenç-, mejor que no nos veamos por eso que por otras cosas. No se puede tener todo, o familia o trabajo. Yo, si puedo, las dos cosas, pero como no puede ser pues ya estaremos juntos en invierno». A Llorenç le hemos pillado a punto de marcharse para hacer un bolo, tras haber estado un día en la Isla que ha pasado con su hija pequeña. «Voy y vengo porque la gente sigue queriendo verme, lo cual para mí es un honor. Y no creas que sólo canto en Catalunya. Hoy estoy en Vera (Almería) y mañana en Bilbao. Hoy en Barcelona y mañana en Badajoz. Me muevo por toda España, ¿sabes?, y ojalá dure esto muchos años más. Aparte del dinerito que eso te reporta, te das cuenta de que la gente te sigue queriendo».

Llorenç considera que el público de 40 o 50 años, «que es el que me sigue, se diferencia mucho del de la misma edad de cuando nosotros, tú y yo, éramos más jóvenes. El que por entonces tenía 40 o 50 años era considerado mayor. Es más, él se sentía mayor. No le iba la marcha, apenas salía. Ahora ves tíos de 60 años que no parece que los tienen. Y esta nueva juventud es la que nos da vida». Igualmente acepta que los periodistas «no hablen ahora de los de nuestra generación y sí hablen de los más jóvenes. Y eso es así porque de nosotros ya hablaron mucho años atrás». Eso lo tiene muy claro, al igual que tiene claro que una cosa es la política y otra el mundo en que está metido. «En política tengo mis ideas, que antes, a lo mejor, manifestaba en el escenario, con lo cual a veces la cagabas, pues hablabas, opinabas y a lo mejor la gente que te estaba viendo no pensaba como tú. Por eso, de unos años a esta parte me guardo esas opiniones. Yo, sobre el escenario, soy cantante. Voy a donde me contratan. Puede que tenga mil ideas políticas, pero yo no hago política. Soy cantante, repito. Igualmente te diré que admiro a los cantantes que reivindican, pero reivindicar no es lo mío».

En su momento, fue crítico con Operación Triunfo, «y lo fui, sobre todo, porque no aceptaba que la televisión pública, la que pagamos y sostenemos entre todos, y ahí incluyo a los cantantes a los que jamás les ha hecho el menor caso, a los que ni los llama ni les da oportunidades para mostrar lo que hacen, promocione a una docena de cantantes, cuando, ya digo, a otros que pagan impuestos con los que sobrevive, no les da ni bola. Y eso no se puede tolerar. Que lo haga ahora una cadena privada me parece bien». Llorenç confiesa que sigue teniendo fans, «pero son todas señoras que están casadas, las mismas de antes, cuando todos éramos mas jóvenes, a pesar de que tengo la suerte de que otras nuevas se han apuntado en los últimos tiempos -añade, riendo-. El fenómeno fan sigue existiendo, no ha cambiado nada; sólo ha cambiado el decorado. Ahora son más descaradas». A la pregunta de si cree que por el hecho de meterse algo en el cuerpo hace que un cantante aguante más sobre el escenario, responde contundentemente que no. «El cantante no aguanta el concierto a base de 'rayas'. El que está sobre un escenario durante dos o tres horas es porque su condición física se lo permite, no por otra cosa». ¿Lo sabían? Llorenç, además de cantante melódico y rockero ha sido actor de cine. Ha trabajado en varias películas como protagonista. Películas de éxito, como «Barrios altos», «Crónica sentimental en rojo», «Ensalada boudelaire», «Viva, muera don Juan» y «Pa d'àngel», entre otras. Que por qué no siguió en el cine, «porque para eso hay que tener un manager, y yo no lo tuve. Y así, del mismo modo que me vino se fue. Pero no me quejo». Llorenç no se queja de nada. Ahí sigue, luchando a diario, sacrificando familia y amigos durante unos meses. «¿Y te lo agradece alguien?», le pregunto. «Me lo agradece mucha gente, los que me siguen, pero nadie más. Con un montón de discos de oro aquí estoy, con la misma ilusión de siempre. He nacido aquí, en esta tierra, moriré en ella pero sin tener una calle».

Pedro Prieto