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NEKANE DOMBLÀS
En Mallorca ya no cabe más gente. Este es el mensaje que lanzó ayer la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar, en el discurso que pronunció en el acto central de la Diada de Mallorca, que se celebró ayer por la tarde en el Pati de la Misericòrdia. Munar también hizo una llamada a resistir ante aquellos que quieren comprar la Isla y hacen lo posible «para dividirla y debilitarla».

«Todo tiene sus límites y nuestra capacidad de acogida, también», aseguró la presidenta de la institución insular. Munar incidió en este asunto al asegurar que no se puede pretender, como hacen algunos «insensatos» tener un crecimiento sostenible, respetuoso con el medio ambiente, «sin para el crecimiento demográfico». Para conseguirlo, exigió al Gobierno que regule y controle las fronteras, que aumente las fuerzas de seguridad, en caso de que sea necesario, «y no culpe sólo a la Unión Europea y a los países emisores».

En su discurso realizó varias referencias a la inmigración y propuso limitar el crecimiento demográfico de la Isla y advirtió que una inmigración ilegal «descontrolada» pongan en peligro la calidad de vida de los mallorquines. Además, propuso una serie de condiciones para que los inmigrantes voten en las elecciones municipales: aseguró que la adquisición de este derecho debe ir aparejada a la aceptación de ciertos deberes. «Su deseada participación en la vida política deber ir acompañada, necesariamente, de la asimilación de nuestra realidad constitucional», dijo.

En referencia a la inmigración, la presidenta pidió que se realicen esfuerzos para los recién llegados se identifiquen con las símbolos de la Isla, «los hagan suyos, asuman nuestros valores y disfruten de sus derechos, aunque derechos y deberes son dos caras de la misma moneda». La presidenta opinó que el proceso de agregación y de intercambio cultural enriquecerá Mallorca «si sabemos actuar con sensatez y pragmatismo».