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Residentes y turistas coinciden unánimemente en la gran ventaja de Cala Estància: es una playa pequeña y familiar, en la que resulta muy fácil tener controlados a los más pequeños de la casa, que además no corren riesgo de ahogarse porque el agua apenas cubre.

Los que vienen de fuera no acaban de ver colmadas sus expectativas, ya que echan en falta una mayor presencia de socorristas y la instalación de equipamiento y servicios: duchas, letrinas o el siempre añorado chiringuito.

Sea como fuere, las prestaciones ofrecidas por Cala Estància se han incrementado en los últimos tiempos. Si hasta no hace mucho la fama de este lugar no era en absoluto positiva, a día de hoy hay que rendirse a la evidencia de que se ha conseguido un agua limpia, únicamente enturbiada por las inevitables algas. Además, Cruz Roja está cerca para atender cualquier posible incidencia.

Fran Casillas