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El Partido Popular se ha quedado sólo en la defensa acérrima de su posición respecto a los atentados del 11-M. El PSOE y los seis grupos minoritarios de la oposición (CiU, ERC, PNV, IU-ICV, CC-NC y Mixto) han decidido no entrar en el debate con el PP cada vez que los «populares» traten de «alterar» en el Parlamento la investigación policial y judicial.

Lo cierto es que el PP tiene todo el derecho, al igual que los ciudadanos y el Gobierno, a saber toda la verdad sobre el 11-M, pero nunca iniciando una campaña de desprestigio contra las instituciones del Estado y poniendo en duda las actuaciones de los Cuerpos de Seguridad. Como partido de la oposición, su imagen seguirá deteriorándose gravemente si continúa en esta línea basada en la teoría de la conspiración y en la confusión. El PP se ha quedado más solo que nunca en la defensa de un discurso en el que ha llegado a insinuar, incluso, la implicación del PSOE en la tragedia del 11-M.

El partido de Rajoy debería plantearse en serio su postura ante esta investigación, alejarse de determinadas posiciones mediáticas y ofrecer su colaboración para, entre todos los partidos, facilitar la resolución de unos atentados que conmocionaron España hace más de dos años. El tema se encuentra en manos de la justicia y será ella quien vaya tapando las grietas que hay en la investigación y dictamine cuál ha sido la verdad en estos atentados. Los «populares» deben hacer un examen de conciencia y replantearse su posición. Deberían colaborar con la justicia aportando más pruebas, si es que las tienen, y alejarse de este panorama irracional y crispado que ha envuelto el debate sobre el 11-M. Es la única manera de volver a recuperar una postura coherente en defensa de la verdad.