Miles de alumnos no se perdieron ayer, contra todo pronóstico, su primera cita con las aulas en el nuevo año académico.
Jornada de presentaciones, propósitos y saludos en el primer día de clase en la Universitat. La UIB abrió de nuevo las puertas para recibir a miles de alumnos que afrontan un nuevo, aunque no tan deseado, contacto con las asignaturas, profesores y compañeros. Y sobre todo se notó en el tráfico, en la concurrencia de los autobuses, en los pocos aparcamientos libres en el campus y en la cantidad de gente que se pudo ver dentro de las facultades. Este curso académico, que comenzó ayer, contará con algunas novedades. Por ejemplo, los nuevos accesos a la Universitat. «De momento, y aunque sólo es el primer día, está mejor, se llega más rápido y parece que hay menos atascos», dice Cora Buhler, estudiante de Psicología. Sin embargo, son muchos los que siguen utilizando el transporte público y esperan la llegada del metro, como Teresa Juan e Irene Vincent, estudiantes de LADE, que aseguran que «el metro es una buena idea para mejorar el acceso a la UIB, aunque ahora los autobuses pasan con más frecuencia que el curso pasado». Sin duda, ayer fue un jornada atípica. «La verdad es que es un día raro, porque aunque hay mucha gente, sólo va a haber presentaciones», nos cuenta Tania Sola, estudiante de LADE. Quizá muchos comenzaron ayer a cumplir algunos de esos propósitos que se marca todo estudiante a principio de curso como asistir más a clase, estudiar al día y pasar menos tiempo en la cafetería. «Creo que empezamos fuerte y con ganas porque realmente tenemos ganas de terminar ya», reconoce Rosana Martín, de Trabajo Social.
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