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Entrados ya en el nuevo curso político, Gobierno y oposición están obligados a establecer los correpondientes diálogos con el fin de sacar adelante nuevas leyes, algunas de las cuales llevan ya demasiado tiempo en espera. Lo malo del caso es que el clima de enfrentamiento y la sistemática desconfianza que éste genera no permite presagiar que los acuerdos previos a esas leyes vayan a ser cosa fácil. Manifiestan desde el Gobierno su disposición a tratar con la oposición de manera abierta, y por su parte esta última quiere ver claro que la oferta del Ejecutivo no se produce tan sólo para lograr su adhesión a los nuevos proyectos, sino que lleva implícita la aceptación de posibles enmiendas.

En cualquier caso, es un hecho que a través de sus respectivos portavoces PSOE y PP han iniciado discretamente unos contactos que, de momento, han hecho posible que la primera de las grandes leyes, la de Dependencia -que otorga derechos y cobertura a esos ciudadanos a los que la vida ha llevado a situaciones de dependencia- cuaje en una realidad. Más complejo parece el asunto en lo que concierne a otras tres grandes leyes pendientes, como son la de Igualdad, la de Financiación de Partidos, y la Orgánica del Tribunal Constitucional. La oposición del PP a admitir por ley la paridad entre hombres y mujeres hace que la Ley de Igualdad, en fase de enmiendas, tenga por delante un difícil camino. En cuanto a la Ley de Financiación de Partidos, de la cual existen un montón de borradores elaborados a lo largo de los diez últimos años, hay posibilidades de que salga adelante si bien quedan aspectos esenciales por resolver. Finalmente, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, también en fase de enmiendas, que persigue aliviar el colapso del alto tribunal mediante mejoras procesales, parece contar con la buena voluntad de las partes para su aprobación pero no mucho más. En suma, todo ello dependerá del talante que en este caso exhiba el PP, y de la habilidad del PSOE para convencer a sus socios a la hora de aceptar enmiendas del PP, cuando algunos de ellos ya se han mostrado remisos a hacerlo.