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El Consell Escolar de Balears aprobó ayer el Plan de Convivencia Escolar con 22 votos a favor, ocho abstenciones y ningún voto en contra. El decreto por el que se apruebe el plan será llevado a trámite parlamentario por la vía de urgencia y estará en marcha el curso 2007-08, con un objetivo claro: «Con la violencia, tolerancia cero», apuntó Jordi Llabrés, comisionado del Observatorio per a la Convivència Escolar en els Centres Educatius, quien advirtió que «si la comunidad no se implica, al final será papel mojado».

Las abstenciones en la votación celebrada ayer estuvieron protagonizadas por los cinco representantes de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) y el sindicato UGT.

El motivo que justificó la abstención de la FAPA fue entender que el representante de los padres en la Comisión de Convivència debía ser designado por la asociación de padres y madres de alumnos (APIMA) mayoritaria del centro, relató Llabrés.

Por contra, el comisionado defendió la propuesta que finalmente saldrá adelante y que considera que los padres representados en la citada comisión serán designados entre los miembros del Consell Escolar.

Por su parte, los tres representantes del sindicato UGT se abstuvieron por considerar que el decreto para sacar adelante el Pla de Convivència Escolar debería ser tramitado por la vía ordinaria con el fin de contar con más tiempo para debatirlo, relató Llabrés.

No ha sido así y el Consell Escolar de Balears propondrá tramitar el decreto por la vía de urgencia para que su implantación sea una realidad el curso 2007-08.

Llabrés especificó que «ya se ha debatido suficientemente y no hay razón para impulsar la aprobación parlamentaria del plan».