Cort se llenó con las más de 350 motos participantes en la concentración internacional. Foto: SERGE CASES

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Si normalmente la Plaça de Cort suele ser un hervidero de gente, la concentración de moteros que tuvo lugar ayer con motivo de la celebración de la 11ª edición de la Fiesta Brava de Moteros 95, provocó que cientos de curiosos se parasen a ver a los cerca de 600 moteros que se acercaron hasta el Ajuntament de Palma para ser recibidos por la alcaldesa, Catalina Cirer.

Moteros procedentes de distintos puntos de la Península, pero también belgas, portugueses, alemanes, daneses u holandeses, visitaron a primera hora el Castell de Bellver para dirigirse luego a Cort. Para ellos ser moteros es una filosofía de vida. «Recorremos el mundo visitando a aquellos hermanos que comparten con nosotros este modo de vida, donde prima el compartir, disfrutar de la libertad y los buenos sentimientos» nos cuenta Juan Delafontayne, del club Red Devils de Alemania.

El rugido ensordecedor de las motos comenzó a inundar la plaza a partir de las 13.00 horas. La alcaldesa, junto al director general d'Esports, Javier Morente, recibió a los moteros y al presidente del club, Gabi Caimari, quien aseguró estar contento porque «el año pasado prometió recibirnos a todos en Cort, incluidas las motos, y lo ha cumplido». Tras el intercambio de obsequios, los moteros continuaron su recorrido por la playa de Ciutat Jardí. Hoy las actividades del encuentro internacional se concentran en el Western Park, donde podrán tomar parte en multitud de actividades.

Ana Largo