La noche de Halloween se vivió con gran diversión en Mallorca ya que muchos padres se animaron a disfrazarse junto a los pequeños de la familia.

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C on desconocimiento, la gran mayoría de niños y niñas, del motivo de la fiesta Halloween y mucho menos de que es una noche donde los muertos despiertan, los cadáveres salen de sus tumbas y los monstruos más terroríficos se apoderan del pueblo, muchos jóvenes y adolescentes celebraron entre risas y golosinas de la cada vez más popular en Mallorca de la fiesta de origen anglosajón. Por las calles de urbanizaciones, pueblos y algunas fiestas en Ciutat, circularon, nada más «esconderse» el sol y aparecer una tupida noche, pequeños vampiros, divertidos esqueletos, simpáticos demonios, incluso guapas brujas, e inocentes cenicientas.

La diversión se fue apoderando a medida que entre las calles de la urbanización palmesana Arabella se encontraban los grupos de niños y niñas disfrazando e irrumpiendo en las viviendas, tocando al timbre y, al salir los propietarios, se sorprendían con un susto. Sustos que son recompensados con golosinas. Toda una fiesta en el vecindario de urbanizaciones y pequeños pueblos donde los más pequeños de la casa pueden circular con cierta tranquilidad. Más diferente es la celebración de dicha fiesta en la ciudad, donde mientras unos celebran un cumpleaños y todos los invitados van disfrazados de Halloween, otros organizan divertidas fiestas como «Yuupi Park» quienes por segundo año consecutivo han reunido a casi trescientos pequeños y mayores disfrazados, organizando un concurso con simbólicos premios y chucherias para todos los participantes, pero con el principal objetivo de pasar una tarde Halloween de lo más aterradoramente divertida.

Cada año la fiesta de Halloween se celebra más en los hogares de Mallorca, ya no se trata sólo de una gala festiva en discotecas, las casas y pisos se decoran en fachadas y balcones con el que podríamos llamar el símbolo de la fiesta Halloween, la calabaza.

Julián Aguirre