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Catalunya vive hoy una jornada electoral en la que se dirimirá quién dirigirá los destinos de la Generalitat en los próximos cuatro años, aunque los resultados siguen siendo, según los sondeos, tan ajustados que va a ser preciso algún pacto para poder mantener la gobernabilidad.

Todo está abierto y es posible, incluso, un gran acuerdo entre Convergència i Unió (CiU) y el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que podría tener sus consecuencias en Madrid y traducirse en un apoyo más estable de los convergentes al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Hay quien apunta incluso a una posible entrada en el Ejecutivo central de los nacionalistas. Pero esto iría en detrimento del socialista José Montilla, que quedaría relegado a un segundo plano.

Otra alternativa sería la alianza entre CiU y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), lo que elevaría el nivel de exigencias nacionalistas y de desarrollo del nuevo Estatut, lo que podría plantear alguna que otra dificultad a Rodríguez Zapatero. Una reedición del Tripartito tampoco puede descartarse y es otra de las alternativas que debe tenerse en cuenta.

Según las encuestas el Partido Popular (PP) registra un ligero descenso, lo que pone de relieve que, para los catalanes, el discurso de los conservadores está fuera de lugar o resulta, cuando menos, poco atrayente.

Es un hecho que todo el proceso electoral catalán está marcado por la renuncia de Pasqual Maragall a la reelección y por los acuerdos cerrados en Madrid para conseguir la aprobación del nuevo texto estatutario.

En cualquier caso, lo que manejamos hasta el momento sólo son sondeos, la hora de la verdad ha llegado y será esta noche cuando sepamos a ciencia cierta a quién otorgan su confianza los ciudadanos de Catalunya.