Entre las bondades del sistema puesto en marcha por el Consell de Mallorca, el conseller de Medi Ambient citó el hecho de que todos los escombros que llegan al sistema legal de reciclaje se transforman después en grava y material de construcción. Es decir, que ni es necesario abrir nuevas canteras en las Islas, algo que consideró muy positivo, ni debe transportarse material de la Península, lo que encarecería aún más la construcción.
A pesar de lo elevado de la tarifa, como acredita el gráfico adjunto, el conseller insistió en la necesidad de que todos los sectores afectados realicen el tratamiento de escombros como marca la ley, y eviten los vertidos en lugares no autorizados.
El Consell de Mallorca, por su parte, aseguró ayer mismo que tal vez la tarifa podría abaratarse si todos los escombros que se generan en la Isla pasaran por el sistema de tratamiento aprobado por la institución. Fuentes del Consell aseguraron que, en el año que lleva en funcionamiento la planta de tratamiento de escombros, tan sólo se han recibido 300.000 toneladas del millón que estaba previsto. Es decir, que el 70 por ciento de los escombros que se producen en la Isla acaban en vertederos ilegales repartidos, en muchos casos, por zonas protegidas de Mallorca.
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