TW
0

«Hay una campaña mediática contra Air Madrid por intereses inconfesables. No creo en estos momentos que no haya ninguna compañía aérea que no tenga expedientes abiertos con Aviación Civil, por lo que veo injusficado que se hable de que se vaya a retirar la licencia a Air Madrid», afirmaba ayer en la Isla el presidente de la aerolínea, José Luis Carrillo.

El presidente de Air Madrid reconoce que «hemos tenido un mal momento, pero soy el primero en reconocer y lamentar los problemas que se han podido ocasionar a nuestros pasajeros, pero creo que no es la intención de Aviación Civil de quitarnos la licencia. Todos los aviones con que volamos son seguros y cumplimos a rajatabla toda la normativa en materia de seguridad aérea en cuanto a mantenimiento de flota. Nuestros aviones son impecables, pero tengo que reconocer que en estos momentos hay muchas dificultades para encontrar aviones grandes en el mercado».

Los problemas de retrasos en las últimas semanas se han debido, precisamente, a que los aviones en mantenimiento no han sido entregados en plazo, así como al hecho de que algunos de los aviones fletados han tenido problemas, como el ocurrido este jueves en al aeropuerto de Eivissa, donde un tractor de Iberia chocó con un avión fletado por Air Madrid a Swiftair. «Estoy preocupado por todo lo que está pasando, pero es ilógico que piensen que volamos con aviones no seguros. En Europa solo se puede volar con aviones que cumplan toda la normativa comunitaria», puntualiza.

Critica, asimismo, el acoso al que están siendo sometidos por Aviación Civil, «nos han metido inspectores en los aviones, oficinas y todos nuestros departamentos operativos. Somos una aerolínea moderna, europea y con un amplio programa de vuelos, que vamos a seguir manteniendo. Todo lo sucedido finalizará a partir de este 27 de noviembre, fecha en la que podremos, por fin, disponer de mejores slots (movimento aviones en franja horaria) en Madrid, así como por el hecho de que en breve podremos disponer del avión que teníamos en mantenimiento en Bremen, que hacía de repuesto para sustituir alguna incidencia en la programación».