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Un viaje a las historias más profundas del siglo XVIII, cuando Mallorca se veía amenazada por el ataque de otros pueblos; trágicas vivencias de presos de guerra civiles y militares que pasaron sus últimos días en la mazmorra del Castell de Bellver, que desde hace más de 700 años vigila la bahía de Palma; o el día a día de los reyes de Mallorca son algunas de las sorpresas con las que se encontraron las decenas de personas que ayer visitaron este emblemático edificio de Palma, que ha dejado un valiosísimo legado cultural, histórico y arquitectónico a los mallorquines.

El Ajuntament de Palma ofreció ayer la posibilidad de visitar gratuitamente la Torre del Homenaje de esta fortaleza mallorquina, que incluyó además el visionado de un reportaje con el que se han reconstruido los testimonios de los que un día fueron prisioneros del castillo.

La visita comenzó la terraza de la torre del homenaje, la torre norte de la fortaleza, que recibió este nombre porque se encargaba de rendir homenaje a las banderas y estandartes reales. A 33 metros de altura, desde donde se puede gozar de una vista privilegiada, todos los asistentes pudieron disfrutar de la explicación histórica de esta construcción circular totalmente independiente del castillo que permaneció cerrada muchos años por su deteriorio y que cuenta con una escalera de caracol de 115 peldaños. La visita continuó en una de las cuatro salas que posee el edificio en la que se pudieron ver restos como la antigua cisterna, la letrina y los cortejadores y finalizó en la sala inferior de la torre en la que se pudieron ver los grafitos del prisionero Andreo Bernal, que datan de 1714, y que fueron descubiertos por la doctora en Historia del Arte Elvira González y que se recogen en el libro Los grafitos de la Torre del Homenaje del Castillo de Bellver presentado el pasado mes de junio. El próximo 16 de diciembre se realiza de nuevo una jornada de visitas gratuitas previa inscripción.

Ana Largo
Fotos: Serge Cases