El objetivo del departamento autonómico con esta iniciativa, ha explicado Joan Simonet, director gerente de la empresa pública Serveis de Millora Agrària (Semilla SA), «era aprovechar tierras abandonadas del Pla de Sant Jordi para cultivar más alfalfa, regada con agua depurada, y paliar así la falta de pastos naturales provocada por la sequía. Detectamos en el Pla de Sant Jordi una serie de terrenos que no se cultivan y nos dirigimos a los propietarios para presentarles una propuesta de alquiler».
Según Simonet, «las propuestas eran de hasta 900 euros por hectárea y año. Creemos que eran buenas ofertas para un suelo rústico abandonado, pero, tal vez por desconfianza en la Administración, todos los propietarios a los que nos hemos dirigido han rechazado la oferta». La propuesta de alquiler era por un período mínimo de cinco años, coincidiendo con el ciclo productivo de la alfalfa.
El Pla de Sant Jordi produce unos 3 millones anuales de kilos de alfalfa en un total de 220 hectáreas dedicadas a esta actividad. Este volumen de alfalfa es canalizado a través de una empresa mixta, Plandisa, pero resulta insuficiente para la demanda de las ganaderías mallorquinas y menorquinas. En Mallorca es necesario importar otros 1,2 millones de kilos. De los 3 millones, a Menorca le corresponden 900.000, pero la sequía allí es tan intensa que será preciso proporcionarle 3,5 millones de kilos. La ganadería vacuna extensiva de Menorca es, con diferencia, la principal actividad del sector agrario de la Isla.
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