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NEKANE DOMBLÀS
La reunión que mantendrán hoy los negociadores del PP y del PSOE será clave para dilucidar el camino que toma la reforma del Estatut d'Autonomia: o bien la vía muerta o bien la aprobación definitiva por parte de las Cortes Generales.

La reforma vuelve a estar encallada en el Congreso. ¿Por qué, si del Parlament balear salió con un acuerdo mayoritario? Por una razón muy simple: tras meses de negociación y de bloqueo estatutario en las Islas, PP y PSOE se vieron obligados a alcanzar un acuerdo in extremis que en realidad quedó hilvanado en lugar de firmemente cosido. En aquellos asuntos donde el acuerdo era imposible -léase 3.000 millones y modalidades insulares-, los representantes del PP y del PSOE balear decidieron que fueran sus hermanos mayores -léase los dirigentes nacionales de cada uno de los partidos- quienes resolvieran sus problemas. ¿Triste panorama? Puede que sí, pero menos triste si se tiene en cuenta que el hermano mayor Zapatero también le resolvió el problema al hermano menor Maragall, eso sí, con ayuda de Artur Mas. Pero el caso balear no es comparable al catalán, porque el Estatut que gestionará Montilla sí recoge inversiones por valor del 13 por ciento del PIB catalán. En Balears, tal como están yendo las reuniones, aunque haya bastante poca transparencia, no parece que vaya a haber ni PIB ni 3.000 millones. Las culpas, de momento, bastante repartidas. El PP mantiene su petición de los 3.000 millones, aunque Matas asegura que lo importante es que el dinero llegue, sea como sea. Es decir, que el PP está animando al PSOE a que presente la polémica enmienda del PIB, aunque luego matiza sin ningún rubor que no votará a favor. Es un auténtico reto, porque en el PP saben que Solbes jamás aceptará una fórmula que da alas reivindicativas al resto de comunidades. A los dos. Entra dentro de la lógica política pensar que a Solbes no le gusta la propuesta del PIB y no está dispuesto a aprobarla, pero también entra en esa misma lógica que, si se busca un acuerdo global, el PSOE no pueda aceptar la pretensión de Matas de incluir una propuesta que garantiza inversiones -el 2,5 por ciento del PIB-, sabiendo de antemano que el PP no sólo votará en contra sino que tal vez la recurra ante el Constitucional. Tal y como están las cosas, o se busca un acuerdo general, es decir, para todo el texto, incluida la financiación, o cada partido presenta sus enmiendas, comienza el debate en ponencia y comisión, y allá se las compongan quienes gobiernen en mayo.

La postura del PSOE
En el acuerdo alcanzado entre Matas y Antich se pactó que los 3.000 millones desaparecerían del texto a cambio de incorporar inversiones por valor del 2,5 por ciento del PIB. Los 3.000 millones sí han desaparecido, pero la alternativa socialista no aparece en las enmiendas del PSOE. A cambio, se ha presentado lo que Antich ha dado en llamar 'tercera vía', que en su última redacción viene a garantizar algo así un «especial compromiso inversor» del Gobierno, que no concreta ni siquiera una cifra para la Comunitat. Brindis al sol.