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GESA-Endesa ha iniciado la instalación del tramo terrestre del gasoducto en un trazado distinto al previsto y más próximo al núcleo habitado del Coll den Rabassa.

El trazado previsto, y sobre el que la empresa Tema hizo un «análisis cuantitativo de riesgos» por encargo de la Conselleria d'Indústria, Comerç i Energia, se iniciaba en Sant Joan de Déu, punto de llegada del gasoducto desde el mar, continuaba paralelamente por la autopista de s'Arenal -en sentido Palma- para llegar al parking de Carrefour y desde allí tomar el Camí Fondo hasta cas Tresorer (central eléctrica y centro productor de gas ciudad, y futuro punto de distribución del gas natural transportado por el gasoducto).

Sin embargo, GESA-Endesa ha variado ese trazado y lo ha aproximado todavía más al núcleo urbano del Coll den Rabassa, aprovechando un nuevo vial abierto con motivo de la construcción de una urbanización. De esta manera, las conducciones que ahora se instalan irán pegadas a la nueva urbanización y al núcleo residencial ya existente comprendido entre el Coll den Rabassa y la rotonda que comunica con la autopista y Carrefour.

Un grupo de vecinos de la zona ha denunciado esta alteración «en un proyecto que ni siquiera está aprobado y que no ha sido sometido a exposición pública. No sólo llevan adelante un proyecto que no ha sido aprobado, sin que además cambian el que por lo menos estaba previsto y anunciado». Tal como se puede observar en las fotografías adjuntas, el gasoducto se está instalando al mismo tiempo y junto a las líneas de media tensión que, soterradas, sustituirán a las aéreas que operan entre cas Tresorer y la subestación eléctrica de Sant Joan de Déu.

Los vecinos critican el riesgo que supone que «se instale el gasoducto terrestre, que transportará un combustible como el gas natural, junto a unas líneas de media tensión. El estudio de la empresa Tema establecía que el gasoducto debe ir soterrado a 1,5 metros de profundidad con una capa, justo sobre sobre la conducción, de 40 centímetros de hormigón y una servidumbre de 4 metros a cada lado en la que no puede haber ninguna otra instalación. Entre el gasoducto y las líneas de media tensión no hay 4 metros».

Aunque el estudio de Tema afirma que «la servidumbre de 4 metros se puede reducir si se toman las debidas medidas de seguridad», en opinión de los vecinos «se está cayendo un riesgo innecesario, todo para aprovechar un nuevo vial de urbanización y no dar el rodeo inicialmente previsto. La consecuencia de todo ello es que el gasoducto irá mucho más pegado a las zonas habitadas del Coll den Rabassa de lo que se había dicho en un principio. Por otra parte, no hay que olvidar que el informe de Tema se muestra flexible en la servidumbre, pero también recomienda evitar una proximidad paralela con líneas eléctricas».

Los residentes también destacan que «en este caso, la instalación del gasoducto no se ha topado con la presencia previa de las líneas eléctricas, pues lo están montando todo al mismo tiempo».

Finalmente, los vecinos indican que «no tenemos constancia de ninguna licencia de obra y exigimos la paralización inmediata de estos trabajos. También se debería abrir un expediente ante una actuación que consideramos claramente irregular. Aquí hay responsabilidades del Ajuntament de Palma, de la Conselleria d'Energia y del Ministerio de Energía. El conseller Josep Juan Cardona y el director general d'Energia, Jaume Sureda, deberían dimitir».