TW
0

Como dice Maria Antònia Munar, el Estatut no se puede quedar en buenas palabras y en fotografías. Una vez alcanzado un acuerdo histórico en inversiones, que se concretarán después de las elecciones, las dos administraciones, sean del color político que sean, deben ponerse de acuerdo para invertir de la mejor manera los 2.500 millones previstos en el Estatut. No sería admisible que por desavenencias políticas todo este dinero en inversiones no llegase a las Islas, bien en nuevas líneas de metro, en más ferrocarril o en mejoras medioambientales. No es desconfianza, pero tampoco podemos olvidar que el Estatut que está en vigor incluía unas competencias en Justicia que no han llegado por el desacuerdo entre Govern y Madrid. Mientras la situación de la Administración de Justicia en Balears es tercermundista, las dos administraciones no logran pactar el dinero necesario que haría falta para mejorar la actual situación y traspasar las competencias. Con el nuevo Estatut pasa algo similar que con las competencias de Justicia. Se deja para el futuro la concreción de asuntos que determinarán la financiación como es el caso del Régimen Especial de Balears.

Teniendo en cuenta los antecedentes, no sería extraño que PP y PSOE no alcanzasen un acuerdo en Balears para crear un instrumento de financiación de cara al futuro a través del REB, que es lo que determina el nuevo Estatut. El reparto de inversiones, mientras tanto, también dependerá de las relaciones entre ambas administraciones. Y es ahí dónde pueden producirse problemas. Las rivalidades políticas, los recelos y las cuestiones partidistas no deben ser ningún obstáculo para desarrollar un Estatut que, de momento, no deja de ser un documento, un proyecto de ley pendiente de tramitación. Los ciudadanos de Balears ya han sufrido durante muchos años el agravio en materia de inversiones y este Estatut, es cierto, compensa los olvidos del pasado. Por eso, el riesgo a perder los 2.500 millones de euros que contempla el nuevo texto estatutario debe obligar a PP y PSOE, en el futuro, a alcanzar el mismo acuerdo que el logrado el pasado miércoles. Los dos partidos deben hacer un último esfuerzo para conseguir este objetivo.