La Navidad llegó el sábado a Palma con el tradicional encendido de luces en Cort. Hasta 103 calles del centro de la ciudad y de algunas barriadas lucen una ornamentación que, según muchos ciudadanos, de cada año es menos colorida, poco original y de escasa relación con los tradicionales motivos navideños. Lejos quedan las estrellas, el acebo, las campanas o el muérdago que se utilizaban antaño para decorar nuestras calles; dibujos que todos éramos capaces de reconocer y que tan bien representaban esta época del año.
Pero además, la Navidad parece no haber llegado a toda Palma. Algunas vías importantes de la ciudad no poseen decoración navideña o la que hay es más bien pobre. Y lo mismo ocurre con algunas barriadas. Zonas tan importantes como las Avenidas, por las que pasan miles de ciudadanos al día, no poseen ni una luz ni un motivo que refleje que la Navidad está a la vuelta de la esquina, a excepción de la ornamentación de la fachada del Corte Inglés y de otros comercios.
Pero lo mismo ocurre en otras vías y plazas como Antoni Marqués, la plaça García Orell, Pascual Ribot o la Porta de Sant Antoni.
El Ajuntament pretende con la iluminación avanzar la Navidad y evocar una serie de mensajes -ambiente, color, acogida, alegría e ilusión- para que la ciudadanía disfrute de la ciudad. Pero... ¿y dónde no llega? Pese al objetivo, muy loable, de Cort de lograr un mayor ahorro energético y reducir la contaminación lumínica -siguiendo las directrices europeas- quizá se están teniendo menos en cuenta otros detalles como el diseño, el colorido o lo espacios a decorar, ya que este ambiente festivo invita a pasear a muchos ciudadanos en estos días en los que la ornamentación hace que Ciutat tenga un brillo especial, y casi único, por estas entrañables fechas festivas.
Ana Largo
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