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La Balearikus Party, la gran movida informática del año celebrada en el Palacio de Congresos del Pueblo Español, puso punto final ayer. No fue de repente, a una hora concreta, sino que quienes participaron en el evento -que ya va por su séptimo año-, que dio comienzo el pasado miércoles, víspera del puente -alrededor de 400 personas-, fueron yéndose de aquel recinto, ordenador, teclado y pantalla bajo el brazo -o en un troler- poco a poco.

Según nos comentó Miguel Plovines Picó, coordinador de la Balearikus Party, este año llegaron participantes procedentes de las cuatro islas de Balears, además de Málaga, Girona, Barcelona, Valencia, etc., siendo el balance muy positivo. Si no, bastaba verlos.

La Balearikus Party sirve, entre otros objetivos, para demostrar que la informática no es sólo para seres solitarios, sino que en grupo también funciona, y que, además, en grupo, hay muchas posibilidades de hacer cosas, entre otras, entrar en archivos de los demás, y también poder navegar a 155 megas, posiblemente la más veloz de las autopistas, y más si la comparamos con la que estamos acostumbrados a navegar los internautas españoles, a un mega y gracias. De ahí lo lento que sea a veces circular por ella y lo fácil que es atascarse. En cambio, en la Balearikus Party es diferente. Quien haya querido ha podido bajarse archivos de 700 megas -una peli, por ejemplo-, en dos minutos, cuando en casa se tarda un día. Lo malo de esta fiesta es que cuando uno regresa a casa y conecta el ordenador refrigerado por líquido, como tienen algunos, o su ordenata supertuaneado -modding se denomina en el argot informático-, vuelve a la readidad diaria de un mega, a algunos les debe de entrar la 'depre'.

Los participantes de la Balearikus Party han pagado 60 euros, y este año, los que han llegado de fuera, en vez de plantar la tienda de campaña se han traído el saco y la almohada y se han buscando un rincón en el recinto donde echarse a descansar unas horas.

Pedro Prieto