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Unas 500 personas según la Policía Local, miles según los organizadores, se dieron cita ayer en el Born en una manifestación cuyo objetivo es reivindicar el 31 de diciembre como diada nacional en recuerdo de la entrada de Jaume I en Mallorca.

La marcha transcurrió de forma pacífica hasta la plaza de los Patines donde Pere y Manel Martorell, los tamborers expulsados de Cort tras las protestas de La Real leyeron un manifiesto en el que reclamaron que la fiesta del Estandart sea reconocida como fiesta nacional frente a «la falsa diada» del 12 de septiembre.

Otro de los aspectos que abordaron fue la defensa del territorio «más castigado que nunca y lleno de sospechas de corrupción», decían. El caso más destacado «es la Costa de los Pinos. ¿Es justo que no podamos nadar en la piscina del señor Pedro Jota? Nos solidarizamos con Jaume Sastre, castigado por ejercer su derecho de paso por la costa».

La marcha, que transcurrió bajo el lema «Som una nació, autodeterminació», contó con la presencia del secretario general del PSM, Biel Barceló, que calificó la marcha como «lúdica y pacífica». También asistieron el ex diputado del PSM, Pere Sampol; el candidato del Bloc a la alcaldía de Palma, Eberhard Grosske, además del cabeza de lista a Cort por Esquerra, Joan Lladó.

Tras la lectura del manifiesto losmanifestantes celebraron una fiesta en la plaza de los patines.