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Unos 600 ciudadanos y representantes de las principales instituciones políticas de Balears se concentraron el pasado día 31 de diciembre en la Plaça de Cort de Palma como señal de repulsa por el atentado cometido ayer por ETA en el aeropuerto de Barajas.

Los congregados mantuvieron un minuto de silencio a las 12.15 horas, minutos antes de que la plaza acogiera la tradicional representación de «La Colcada», uno de los actos centrales de la Festa de l'Estendard.

Entre otros, participaron en el acto de repulsa del terrorismo la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; los concejales de la corporación municipal; el presidente del Parlament, Pere Rotger; el delegado del Gobierno, Ramón Socías; los consellers del Govern Francesc Fiol, Lluís Ramis de Ayreflor y José María Rodríguez; la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, y el presidente del TSJB, Antoni Terrasa.

Tras la representación de «La Colcada», el delegado del Gobierno subrayó que el atentado representa una ruptura unilateral del alto el fuego declarado por ETA que imposibilita el diálogo. «Es un golpe bajo a todos los ciudadanos que tenían puestas muchas esperanzas en que en esta ocasión se pudiera desarrollar un proceso definitivo que desembocase en el abandono de las armas y la paz definitiva en el País Vasco y en el Estado español. Por desgracia, hemos visto que aún hay muchos elementos alrededor del mundo abertzale que no están dispuestos a asumir los valores de la democracia y la libertad», declaró Socías.

Para Munar, la acción terrorista en Barajas «frustró muchas esperanzas», aunque expresó su confianza en que «en el futuro pueda volverse a comenzar un diálogo para conseguir la paz, que en el fondo es lo único importante».

El conseller de Interior y secretario general del PP balear, José María Rodríguez, también manifestó su «rechazo total a este acto terrorista, que no sólo afecta a las personas implicadas, a los dos fallecidos que parece que ha habido y al resto de personas que han sido afectadas, sino que va en contra de todos». «Hoy todos somos un poco ecuatorianos, parientes o familiares de estas personas que han sufrido la furia de ETA. ETA no es domesticable, ETA no se puede confiar en que va a cambiar, ETA no cambia, a ETA lo único que se puede hacer es aplicarle la ley como se nos aplica a todos y conseguir que deje de actuar», incidió.

El secretario general del PSIB-PSOE, Francesc Antich, señaló que, como dijo el presidente del Gobierno, «diálogo y violencia no son compatibles». «Ha sido un golpe muy fuerte a una esperanza que tenían muchos ciudadanos de poder acabar con el terrorismo de forma dialogada y se ha demostrado que, en estos momentos, por parte de ETA no hay este propósito», reflexionó.