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La regidora de Serveis Socials, la popular Margalida Ferrando, fue la persona que el domingo expuso, en un acto celebrado en el salón de plenos, las razones por las que el Ajuntament concedió, por unanimidad, la medalla de oro de la ciudad a la Fundació Patronat Obrer de Sant Josep.

Ferrando inició su sentida y brillante intervención recordando que un año antes el Consistorio había proclamado 'hija ilustre' de Palma a la fundadora de la congregación de religiosas de la Pureza de María, Cayetana Alberta Giménez, hecho que implicaba «algo más que un merecido reconocimiento a sus méritos y valores», ya que suponía, también, «un reconocimiento público por parte del Consistorio al papel desarrollado por tantas y tantas mujeres en nuestra sociedad, que no siempre, sin embargo, ha sido valorado por las instituciones».

La edil indicó que la concesión de la medalla a la Fundació Patronat Obrer suponía, por una parte, el reconocimiento «de la contribución y del importantísimo papel que juegan las entidades sociales en el progreso, en el enriquecimiento y en el fortalecimiento de nuestra sociedad», y, por otra, «el más que merecido reconocimiento a la trayectoria y al trabajo realizado durante 100 años por esta entidad en favor de las personas con más dificultades y necesitadas de Palma, contribuyendo, así, a la construcción de una sociedad más justa y solidaria». La citada entidad fue fundada el 12 de mayo de 1907 por el padre jesuita Guillem Vives con la colaboración de un grupo de presbíteros y de la congregación Seglars Catòlics, formada por antiguos alumnos del colegio de Monti-sión.

Ferrando dijo que la formación y el ocio fueron los dos pilares de dicha iniciativa, pionera en tener como principal objetivo el «trabajar directamente con las juventudes obreras o con jóvenes de origen popular».

En 1908 se abriría la Escola Nocturna, complementaria con la Diürna, y en 1911 se creó un gimnasio, y se fomentó la práctica del fútbol, el beisbol y el baloncesto. La regidora recordó que fue creado un comedor para las dos escuelas, que luego se hizo extensivo a las madres lactantes, a otros niños y a los obreros. Igualmente, se crearon la Confraria Simón Cirineo, una cooperativa de consumo para artículos de primera necesidad y la mutualidad de ahorro.

Ferrando destacó que el tercer eje vertebrador de Es Patronat fueron los sindicatos y la creación de secciones con actividades de carácter social, en un contexto nacional e internacional muy difícil, «en unos años de muchas carencias y precariedades».

La edil indicó también que si «pese a las adversidades y a las dificultades» Es Patronat ha conseguido llegar a los 100 años de existencia, ello ha sido debido «al empuje y dinamismo de su fundador, al impulso en los momentos difíciles del padre Enric Ventura, al trabajo intenso de sor Jerònima y al apoyo de muchas otras personas anónimas y comprometidas», así como «al apoyo y a la confianza de la sociedad palmesana, que ha sabido valorar el trabajo responsable realizado por Es Patronat». Por último, enumeró los servicios que presta ahora, como desde sus inicios en favor de las personas más necesitadas.

Finalizada la intervención de la edil, la alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, entregó la medalla de oro a la presidenta de la Fundació Patronat Obrer de Sant Josep, Catalina Serra.