Cientos de niños y niñas abarrotaron ayer las céntricas calles de la ciudad de Inca esperando la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. La ilusión se reflejaba en la cara de todos y cada uno de ellos que miraban, incrédulos, a su alrededor mientras un espectacular desfile de carrozas pasaba ante ellos.
Los miles de caramelos que se lanzaron desde las carrozas les hicieron pasar un poco más rápido la intensa espera de la llegada de los Reyes Magos que llegaron a la ciudad, como no podía ser de otra manera, cargados de regalos.
Melchor, Gaspar y Baltasar tuvieron mucho trabajo ayer en Inca. Mientras duraba la cabalgata, que este año ha sido especialmente bonita y formada por unas carrozas espectaculares, los tres Reyes Magos recién llegados de Oriente no podían parar de saludar a los cientos de niños que llevan un año esperando su visita.
Los más mayores corrían hacía las carrozas de los Reyes Magos para averiguar si, finalmente, les había llegado su larga carta y les habían traído todo lo que habían pedido. Pero los más pequeños miraban a Sus Majestades en brazos de sus padres dudando si querían acercarse a las carrozas de los Reyes o no.
La emoción invadía a los más pequeños al ver desfilar la cabalgata que, año tras año viene cargada de regalos. Eso sí, sólo para los niños y niñas que hayan sido buenos durante todo el año. Porque los malos, ya se sabe, sólo reciben carbón. A pesar de todo, los Reyes repartieron regalos a la gran mayoría de niños y niñas, quienes no pudieron esperar ni un momento para abrirlos para averiguar lo que había dentro del envoltorio. De este modo, se fueron más contentos que cuando llegaron y tendrán que esperar hasta el año que viene para volver a ver a Sus Majestades.
Maria Nadal/Joan Sampol
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