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MARIA QUES
El centro de salud de Pere Garau está soportando lo que podría calificarse de situación insostenible debido al mal estado de sus instalaciones y a la fortísima presión asistencial que sufre, ya que da cobertura sanitaria a una de las barriadas con más incremento de población de Palma.

Fuentes consultadas del Ib-Salut afirman que las obras de ampliación «empezarán de manera inminente», aunque ya llevan unos tres meses de retraso, puesto que en septiembre se anunció que se iniciarían al mes siguiente y todavía no lo han hecho.

Usuarios del centro se quejan de que muchas veces no se pueden ni mover en los pasillos cuando esperan para ser atendidos por su médico de familia o por la enfermera. Otra de las quejas más frecuentes es el mal estado en que se encuentran las instalaciones, que dan una impresión de «dejadez y abandono».

Por su parte, los trabajadores están llegando al límite de la paciencia por las malas condiciones laborales que sufren, el centro tiene goteras, poco espacio y falta de ventilación.