Cientos de personas de toda la Isla se acercaron ayer a Muro para ver de cerca las tradicionales Beneïdes de Sant Antoni. Año tras año la gente se amontona en las calles de la localidad sobre las tres y media de la tarde para coger un buen sitio y así poder disfrutar tranquilamente de esta fiesta. Son muchos los murers y mureres que sacan sillas y mantas para contemplar más cómodamente el espectáculo.
Las Beneïdes de Muro no incorporan novedades. Desde hace muchos años esta fiesta se celebra el día de Sant Antoni, caiga en el día que caiga, y siempre mantiene su carácter tradicional. Siempre han desfilado animales del campo y mascotas para ser bendecidas y sobre el 1940 se incorporó un desfile de carrozas que todavía se mantiene y que pone la nota divertida al acto, ya que los que participan aprovechan para satirizar personajes públicos o sucesos acaecidos durante el año.
El desfile se inició con la Banda de Música, los demonios de Muro y los gigantes, después de la llegada de las autoridades. A continuación gente de todas las edades, muchos de ellos vestidos de payeses o de demonios, llevaron sus mascotas a bendecir. Después desfilaron los rebaños de ovejas y cabras, y un sinfín de caballos. Para finalizar con la fiesta las carrozas pasearon por la plaza.
J. Sampol
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