La puesta en marcha del Hospital Comarcal de Inca ha supuesto ver cumplidas las aspiraciones de muchas personas que lucharon durante años para conseguir que la nueva infraestructura sanitaria fuera una realidad cuando era prácticamente un sueño y la salud pública dependía aún del Gobierno central, primero en manos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González y, luego, del Partido Popular (PP) de José María Aznar. Madrid defendía entonces que la construcción de un nuevo hospital en Palma era suficiente y no contemplaba edificar otro en Inca.
Frente a esto, la reivindicación de un hospital próximo a los ciudadanos enraizó fuertemente en la comarca del Raiguer y nació una plataforma ciudadana que llevó a cabo movilizaciones y todo tipo de actos para conseguir la construcción del nuevo centro. Si hay que destacar un papel político relevante a lo largo de los años en los que se ha planteado la construcción y financiación del hospital, sin duda el alcalde de Inca, Pere Rotger, ha sido uno de los más activos defensores del proyecto. Incluso en tiempos del Gobierno de Aznar, Rotger hizo del hospital una cuestión personal.
Tampoco podemos dejar de lado el apoyo de muchos ayuntamientos de la zona que, durante mucho tiempo, han mostrado su adhesión y se han puesto al lado de la capital del Raiguer, fuera cual fuera el color político de la mayoría que los sustentara. El Hospital Comarcal de Inca, afortunadamente, es hoy una realidad, y servirá para que 128.000 ciudadanos de Inca, del Raiguer y de otros municipios próximos se beneficien de una atención sanitaria más próxima.
Con el Hospital de Manacor, el de Son Llàtzer y el nuevo hospital de Son Dureta se completa el mapa de una modernización de infraestructuras sanitarias que era ya absolutamente imprescindible para atender de la mejor manera posible y con las mejores instalaciones a los ciudadanos de Balears.
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