Nasrad disfruta de estar junto a su mujer e hijos, por fin en Mallorca tras un largo viaje de dos días.

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Nasrad llegó ayer a Palma y ¡menuda sorpresa se llevó su familia!, pues, entre tanto papeleo que se precisa para conseguir el visado, esperaba que el encuentro tuviera lugar un poco más adelante. Por tanto, María y sus dos hijos están junto a su marido en Mallorca a partir de hoy. Nasrad, que salió el jueves a mediodía de Kabul, voló a Dubai y desde ahí, directamente a Barcelona, desde donde viajó a Palma a última hora de la noche, llegando de madrugada. María y sus dos hijos, y por supuesto Rosi, hermana y cuñada, que es la que más ha hecho para que este encuentro haya sido posible, acudieron a Son Sant Joan. Y todos, como no podía ser de otro modo, se emocionaron. Y motivos tenían para ello. Pues apenas en unos pocos meses -para la madre y los dos niños- desde diciembre han podido abandonar el infierno de Kabul y, desde ayer, disfrutar los cuatro de la paz de Mallorca.

Nasrad se pellizcaba al ver que se había reencontrado en Mallorca con su familia, algo impensable para ellos hace cuatro meses, exactamente desde que conocimos a Rosi, y a quien tras escucharla, «sin prometerte nada», le aseguramos que íbamos a hacer todo cuanto estuviera en nuestra mano para traerlos a los cuatro a Mallorca, cosa que hemos conseguido con la estimable colaboración del Grupo Cursach Ocio, que es quien se ha hecho cargo de lo que cuestan los billetes, así como de pedir a los Reyes Magos, en la pasada Navidad, que dejaran regalos a los niños, que junto con su madre, y desde que llegaron a Mallorca, están viviendo en casa de su tía.

Nasrad nos contó que la vida es cada vez más difícil en Kabul, y que los talibanes se están reorganizando a pesar de que allí siguen estando los ejércitos americanos, ingleses, etc. Por otra parte, y sobre todo en invierno, el trabajo escasea hasta tal punto que no encuentras a nadie que te contrate, «de ahí que haya tenido que vivir gracias a las ayudas de la familia y de algún que otro préstamo que me han hecho, dinero que pienso devolver a nada que me ponga a trabajar en Mallorca». Y si de este reencuentro han salido ganando todos, puede que los más felices hayan sido los niños, que tras varios meses han podido finalmente abrazar a su padre.

Pedro Prieto