Representantes de la UIB y de la Conselleria de Educació presentaron ayer la convocatoria de la I Olimpiada de Historia que se celebrará el 20 de abril. Un certamen que la administración educativa balear elevará al Ministerio para impulsarlo a nivel nacional, afirmó Joana Rosselló, directora general de Ordenació, Formació i Innovació.
Miquel Deyà, profesor de Historia Moderna de la UIB y uno de los impulsores del proyecto, destacó que los estudios clásicos «no son unos estudios anquilosados, por el contrario tienen un gran potencial de crecimiento».
La I Olimpiada de Historia cuenta con el apoyo del Consell, el Centre d'Estudis i Documentació Contemporànea y la entidad bancaria balear Sa Nostra.
El concurso se suma a otros recientes como Historia del Arte, Dibujo Artístico y Geografía.
De tal manera, en la actualidad la UIB organiza un total de 12 olimpiadas cuyo objetivo es acercar la universidad balear a los institutos y centros de Bachillerato.
Podrán tomar parte en la olimpiada alumnos de segundo de Bachillerato. La prueba de Historia de España abarcará desde el S.XVIII hasta la actualidad. El ganador recibirá 500 euros y su centro, 300.
Deyà reconoció que «estos años han sido difíciles ya que el Ministerio ha impuesto una moratoria de títulos». No obstante afirmó que «ha estado en la política rectoral reconvertir estos estudios para que puedan crecer con otros como documentación, archivo o conservación de patrimonio. En este sentido ya está aprobado por la Conselleria y el Ministerio el Máster de Patrimonio».
Deyà apuntó la importancia de potenciar los estudios de Historia «ahora que se habla tanto de acercar la universidad a la sociedad balear».
Este argumento fue suscrito por la vicerectora de Projecció Cultural de la UIB, Francisca Lladò, quien defendió que los estudios de Historia en la adolescencia «son importantes para la formación en libertad del individuo».
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