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JOAN J. SERRA
El Ministerio de Medio Ambiente albergó el pasado martes la presentación en España del IV Informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés) de la ONU. El apartado referido a Europa confirma una fuerte reducción de los recursos de agua disponibles a causa del calentamiento y una mayor tendencia a sufrir fenómenos meteorológicos extremos: reducción de la época de precipitaciones sin evitar por ello inundaciones por lluvias repentinas y torrenciales, inundación costera por subida del nivel del mar, sequías más frecuentes y prolongadas, temporadas de incendios forestales más largas y riesgos para la salud por las olas de calor más frecuentes.

Según el informe, todo este escenario es todavía más dramático si hablamos de nuestro entorno mediterráneo, incluida Balears. En el sur de Europa, las sequías serán menos espaciadas y se repetirán con mayor frecuencia a medida que avance el siglo XXI. El déficit de agua es más que probable. El aumento de temperaturas en invierno se dará sobre todo en el norte de Europa, mientras que el de verano se concentrará en los países mediterráneos. Si recordamos el verano de 2003, con meses consecutivos de temperaturas máximas superiores a los 30 grados, podemos aproximarnos a lo que serán los estíos del siglo XXI. Es decir, lo que fue en 2003 un verano extraordinariamente tórrido será el verano normal de las próximas décadas. A partir de ahí se plantean varios interrogantes: ¿Querrá venir alguien de vacaciones de verano a Balears con unos veranos tan calurosos? ¿Se quedarán los turistas en sus países de origen al gozar allí de veranos más cálidos que los actuales? ¿Vendrán los turistas en otras épocas del año? ¿Se revalorizarán las playas del Báltico?

Podríamos decir que llueve sobre mojado, pero es todo lo contrario. Las precipitaciones aumentarán en el norte del continente, donde no hay falta de agua, y disminuirán en el sur, donde sí hace falta. Eso sí, cuando llueva, es muy probable que lo haga de manera torrencial, propiciando daños erosivos y agrícolas.

Anteriormente hemos hablado de turismo. Incluso en el caso de que los turistas quieran venir a las playas de Balears durante alguna época del año, ¿habrá playas?. El informe encargado por la ONU señala que es probable que el ascenso del nivel del mar haga retroceder en algunas zonas las playas hasta 40 metros y causar pérdidas de hasta un 20 por ciento de los humedales del sur de Europa. ¿Qué pasará con s'Albufera, el Pla de Sant Jordi, es Salobrar de Campos? ¿Y qué pasará con las playas? Algunas de ellas, como es Trenc, ya experimentan retrocesos por el uso masivo y la alteración de corrientes marinas a consecuencia de obras costeras, principalmente puertos deportivos. ¿Qué pasará si, además, sube el nivel del mar?