Casa Vila ha cumplido 85 años de historia en el comercio de la fotografía y la droguería. Un combinado que, cuando se inauguró la tienda pionera en 1922, se explicaba por la estrecha relación de las artes gráficas con la química y que entonces ayudaron a sostener el negocio. Productos, junto con elementos de pintura artística, que aún hoy se pueden adquirir.
«Mi padre, José Vila Coll, tomó la mayor parte de las fotos que ahora constituyen nuestro archivo histórico poco antes de abrir la tienda, y con la ayuda de su mujer, Magdalena Alcover, revelaban juntos los carretes», comenta a Ultima HoraAntonio Vila, junto a sus hijos José y Antonio en la tienda de la Plaça Santa Eulalia, cuyo edificio catalogado de Bennàssar sustituyó tras 1940 al original, derribado con la alineación de la calle.
«Durante los años 20 aún se utilizaban de forma habitual placas fotográficas y los primeros carretes de 10 por 15 no tenían más de 8 fotos. Pero aquí los cortábamos y añadíamos un trozo para que el cliente pudiera contar con otras dos», relata Antonio Vila, de forma anécdotica. Asimismo, el estallido de la Guerra Civil no interrumpió el negocio, ya que el material llegaba procedente de Italia y Alemania, países entonces aliados de Franco.
Tras la guerra mundial llegaron las primeras diapositivas en color y, a partir de los años 50, las populares películas de Super 8. «La tienda de Jaume III se inauguró en 1963, en silencio, en una época en que abrir un comercio en esta avenida era cosa de locos», aseguran sus hijos.
Gabriel Alomar
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