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El conseller d'Energia, Josep Juan Cardona, y el presidente de Enagás, Antonio Llardén, visitaron ayer las instalaciones de la planta de revestimiento (anticorrosión y antioxidación) de los 25.000 tramos de tubería de acero que compondrán el futuro gasoducto balear. Estas instalaciones se encuentran a las afueras de la localidad albaceteña de Hellín.

En una parcela de unos 500.000 metros cuadrados se da el debido tratamiento antioxidante y anticorrosivo a una conducción que será submarina a lo largo de 280 kilómetros entre Denia, Sant Antoni de Portmany y Sant Joan de Déu, en Palma.

25.000 tramos de tubería, de una media de 12 metros cada uno y fabricados en Italia, están almacenados en esta planta de tratamiento, ya revestidos o a la espera de hacerlo.

Una vez revestidos, todos estos tramos serán trasladados a Denia, donde serán recubiertos de hormigón para que tengan el peso suficiente para quedar depositados en el fondo del mar.

Cardona y Llardén expresaron su deseo de que en octubre de este mismo año se inicie el tendido submarino de todos estos tramos de tubería mediante su soldadura en una plataforma que se irá desplazando a medida que se van uniendo y soltando. El tendido submarino podría estar finalizado, según las previsiones, en el verano de 2008, pero la conducción no estaría operativa hasta julio de 2009, pues también hay que construir un tramo terrestre en la Península, crear una estación de impulsión en Denia y realizar las oportunas pruebas de funcionamiento.

Los tramos de tubería pueden pesar entre 2,5 y 5,5 toneladas. El conjunto de la conducción submarina pesará 100.000 toneladas.