Más de doscientos socios de la hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Palma participaron ayer por la mañana en la romería que les llevó desde su parroquia, San Juan de Àvila, hasta la iglesia de Sant Miquel, para despedirse como es costumbre de la patrona de Palma, la Mare de Déu de la Salut, y pedirle protección para su viaje a la Romería del Rocío en Almonte.
Desde su parroquia, dos unidades de la Policía Local fueron abriendo la comitiva que recorrió la calle Pérez Galdós. Cruzaron luego las avenidas y se dirigieron a la Porta de Sant Antoni, Comtat del Rosselló y José Tous Ferrer hasta el templo de Sant Miquel.
El son de xeremies acompañó la comitiva, compuesta por numerosas socias ataviadas de flamenca y los hombres, con traje corto. Precediendo la carreta con esimpecado, o sea, el estandarte de la Virgen, estuvo la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, acompañada por los regidores María José Frau, Begoña Moragues, Rogelio Araújo y Àlvaro Gijón y el padre espiritual de la hermandad, Sebastián Feliu.
La carreta, profusamente engalanada, transportó esimpecado, seguida por numerosos romeros que fueron cantando durante el recorrido.
Tras ellos acompañó otra unidad de la Policía Nacional con dos agentes hermanos que lucieron sus medallas. Ya en Sant Miquel, en el camarín de la Virgen hubo un rezo para pedir protección para el viaje y se cantó la Salve Rociera. Luego emprendieron el camino de vuelta hasta su parroquia. El vicepresidente, Manuel Sañudo, señaló que «los hermanos viven con especial intensidad la despedida de la patrona de Palma. De nuevo agradecemos a los agentes de seguridad su colaboración por la configuración del recorrido. Del 23 al 29 de mayo viajaremos unas 130 personas para hacer el camino que nos llevará a Almonte.
Amalia Estabén
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