A lo largo de la mañana de ayer, en el patio de La Misericòrdia se celebró por sexto año consecutivo la Feria del Juguete Antiguo. Un clásico donde los haya, sólo para amantes de los juguetes de antaño, algunos aunténticas joyas.
Según nos contaron, esta mini feria, que acogió tan solo 26 stands, surgió al reunirse media docena de amigos del Scalextric. «Para encontrar piezas y coches teníamos que viajar, así que decidimos juntarnos, intercambiar esas piezas y, al mismo tiempo, hacer que aparecieran otros aficionados desconocidos para nosotros».
Y la cosa resultó, pues a raíz de la primera feria surgieron más amigos del Scalextric. Y no sólo eso, que a ella se sumaron los locos por todo cuanto tuviera que ver con Star Wars, que este año cumple 30 de existencia, y coleccionistas de otro tipo de juguetes, casi todos juguetes antiguos, como minino de la época de los cine Exin, que coincidió con los albores de la era de la informática de los Amastrad y Spectrum.
Entre los del grupo de los juguetes antiguos está el creador, a base de cartón piedra y madera, de las réplicas de los Loryc, el único coche que se fabricó en Mallorca entre 1920 y 1923, por dos mallorquines apellidados Lacy y Ribas y un francés, Ubrat, con cuyas primeras letras formaron las siglas Lor, mientras que las 'yc' finales son de 'y' y de 'Compañía', en la que estaban Alberto Gustín, Antonio Darder, Antonio Socías, etc. Además de los Loryc, Juan de la Fuente, que es como se llama el autor de estas réplicas que muestra muy orgulloso en la feria, es también el fabricante de los camiones, primeros autobuses y tranvías que había en Palma entre 1920 y finales de los 50, aunténticas maravillas, dicho sea de paso. Me refiero a las réplicas.
Pedro Prieto
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