La nueva alcaldesa de Palma, Aina Calvo, saluda a los ciudadanos que se concentraron en Cort. Foto: JOAN TORRES

TW
0

PEDRO AGUILO MORA
Mallorca empieza a sacudirse a golpe de pacto centroizquierdista el sambenito de «isla conservadora». Los resultados de las elecciones del pasado 27 de mayo y la constitución ayer de los 53 ayuntamientos insulares evidencian que la sociedad mallorquina mira a la izquierda y que ganan peso específico las fuerzas nacionalistas y de progreso.

Los números no engañan. El rumbo político de Mallorca ha virado casi 180 grados a babor en los últimos cuatro años. El contraste del color político que presentaba el mapa de Mallorca al final de la pasada legislatura, con el tinte adquirido por éste tras lo comicios celebrados hace 20 días no dejan lugar a dudas. La derecha -sea en solitario o en coalición con otras formaciones de centro- ha perdido, después de cuatro años de gobierno, 12 municipios. En los estertores del cuatrienio 2003-2007, el PP -tanto de forma plenipotenciaria o como mediante pactos de centroderecha- dirigía el destino de 35 gobiernos locales, mientras que ahora sólo administra consistorios en 23 localidades y no de forma preferente en todos. Calvià, Llucmajor, Santanyí, Felanitx, Manacor, Sant Joan, Montuïri, Sineu, Maria de la Salut, Llubí, Santa Margalida, Inca, Binissalem, Santa Eugènia, Marratxí, Alaró, Bunyola, Mancor, Selva, Escorca, Fornalutx, Deià y Estellencs se han salvado de la debacle. Por contra, el PP ha perdido importantes feudos como Palma, Campos, Ses Salines, Andratx, Valldemossa o sa Pobla, cuyos gobiernos los capitalizan ahora alianzas postelectorales de centroizquierda.

En cuatro años los partidos de izquierda, en solitario y aliados con UM o con fuerzas independientes, han pasado a controlar casi el doble de los ayuntamientos que lograron consolidar en 2003. Entonces fueron 18 y esta vez han sido 30. Han sumado para sí los 12 municipios que han castigado al PP, perfilándose Palma como fuerza motora de tal recuperación. La reconquista del Ajuntament de Palma para el PSOE con el inestimable apoyo de UM pone fin a 16 años de absoluto y aplastante dominio conservador. En 1991 el entonces candidato del PP a la Alcaldía palmesana, Joan Fageda, arrebató el control de Ciutat al socialista Ramón Aguiló quien había gobernado la capital balear desde 1977.